Historias de la resistencia


“la esperanza de tener trabajo, nos mueve a todos”
La resistencia de Oscar, la resistencia de los trabajadores del SME
Edgar Belmont

Entrevista a Oscar López González, 27 años.
12 días en huelga de hambre 
Antigüedad: 2 años tres meses.
Departamento: Cables subterráneos, división taller.

“nuestro trabajo es el de darle mantenimiento preventivo a los equipos subterráneos que se encuentran la zona centro de esta ciudad  al igual que en las divisiones aledañas”


El cierre de Luz y Fuerza del Centro es algo que sorprende a cualquiera por la forma como procedió el Gobierno Federal; no sólo  en la toma o la ocupación de las instalaciones administrativas, las subestaciones y los centros de trabajo; sino por los efectos de la campaña mediática de descalificación y por la estigmatización de la cual fueron objeto los trabajadores afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas: “lo que hizo el gobierno fue injusto, […] por  eso mi gran insistencia por eso estoy en la huelga de hambre, por eso la convicción” (Oscar, Cables subterráneos)
Electricistas, agremiados al SME, subrayan que recibieron por parte del Gobierno Federal un maltrato injustificado, una despersonalización o deshumanización de su ser al haber sido tratados como objetos o como criminales; es decir, al sentir que sus derechos (laborales, civiles y políticos) fueron suspendidos de facto: “no somos rateros”, “nos trataron como animales”; en este sentido, la defensa de la dignidad humana y del derecho al trabajo son, para Oscar, dos ejes de la resistencia: “se trata más que nada de defender lo que es la dignidad”.
El despido representa la suspensión o la interrupción de una trayectoria individual y colectiva; pero también, algo que nos confronta con el futuro; en este sentido, Oscar subraya que sus planes están en suspenso “gracias al decreto de Calderón”, “yo  tenia contemplado formar una familia […] prácticamente te cortan las aspiraciones, te induce a que no puedas tener educación, te inducen a que no puedas tener una buena jubilación, a que no tengas hijos”. Como otros trabajadores agremiados al SME, con la huelga de hambre se espera que “los políticos”, “los legisladores” y “los jueces”  restablezcan los derechos; que la Suprema Corte de Justicia se pronuncie sobre la inconstitucionalidad del Decreto de Extinción y la aplicación de la figura de patrón sustituto frente a la posibilidad que se cree la División Centro de Comisión Federal de Electricidad y que la sociedad mexicana se solidarice con la resistencia.
Mientras la espera de los trabajadores electricistas es algo que se sufre, se resiente en el cuerpo y en la salud: “estos 12 días no han sido fáciles, lo más difícil es el dormir, el tomar agua, recibir a los familiares que están con la esperanza de que no te pase algo y que cada día sigas  amaneciendo, sobreviviendo con agua”; la resistencia se acompaña de un sentimiento de injusticia que es generalizado y que se expresa en la consigna de Oscar: “no queremos ser esclavos, queremos beneficios, escuelas, trabajos, hospitales, no queremos más represión de los militares”; consigna a la cual nos sumamos en la espera también de que las reglas de juego económico no estén por encima de la dignidad humana y de nuestros derechos políticos fundaméntales como es el derecho a disentir.




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