El joven de la vieja escuela:

A pregunta expresa, el C. Carlos Salinas de Gortari responde que por obvias razones apoya la candidatura de Enrique Peña Nieto; pero ¿cuales serán tales obvias razones? i) acaso las virtudes del joven y afamado candidato, revestido en el mundo del espectáculo y en el mundo de la inspiración, al aparecer en la tele y en el escenario de la media-política como un gran artista o un gran deportista: alto, fuerte, apuesto y veloz en la carrera por alcanzar la silla presidencial; ii) acaso tales “simpatías” son el resultado de las ataduras o de los compromisos del joven con la clase política de ahora y siempre, la cual afirma cuenta con el “mejor” candidato o será iii) acaso ambas premisas, dado que las ataduras del joven candidato a la vieja clase política es algo conveniente, no sólo para los que están convencidos de que el respeto al voto es la garantía de la democracia, sino para quienes ven en estas ataduras una garantía para seguir manteniendo sus privilegios y para reproducirse o renovarse a si misma. Vaya paradoja, un joven inspirado atado al pasado; el “mejor” candidato -en las encuestas y en los medios- encerrado en las viejas prácticas, presa de la manipulación o bien de un juego de simulaciones. El diagnostico es adecuado, un cambio generacional es necesario pero para reconstruir nuestros horizontes como sociedad, ya sea con jóvenes o con "rucos" irreverentes y menos manipulados; o bien, con jóvenes o con "rucos" no tan egoístas y más interesados en el bien común.

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